Cuántas veces me habías quitado la ropa,
y aún así yo seguía diciéndote
no me mires, que me estoy quitando la coraza.
¿Sabes? Sigo volviendo a la misma parada
donde empezamos esperando el bus y acabamos corriendo
a corrernos,
donde inauguramos una ruta común.
El problema de que dos personas se calienten demasiado es que pueden acabar ardiendo.
Y lo hicimos.
Y lo de arder también.
Y nos quedamos disfrutando del fuego
sabiendo que terminaría por apagarse
pero sin pensarlo.
Yo sólo quería que te sentaras a mi lado
y escribirte mientras te miraba mirarnos arder,
pero en cuanto podías te largabas a por tabaco...
no te merecías ni un verso y te llevaste todas mis poesías.
Y lloví.
Lloví de tantas cosas...
Y las lágrimas que no supiste venir a secarme apagaron nuestro fuego.
Pero aún tenías cojones de aparecer cada vez que te olvidaba
con tu sonrisa chispeante
a besarme las cerillas
y yo sólo...
"te quiero poque no sé quererme"
"Donde empezamos esperando el bus y acabamos corriendo a corrernos" esta frase me ha recordado tanto a él y yo cuando éramos nosotros....
ResponderEliminarPrecioso todo lo que he leído, corro a seguirte y te dejo mi blog por si te apetece: www.fueenunaciudadsinmar.blogspot.com
Recordar un nosotros siempre escuece...
Eliminarmuchas gracias, y un placer pasar ahora mismo a descubrirte.
Reconocerme en algunos versos. Eso sucede pocas veces.
ResponderEliminarUn abrazo.
No sabes qué ilusión que se identifiquen con lo que garabateo. Es precioso sentirse menos sola en los recuerdos.
EliminarOtro para ti, y bien grande.
Has escrito lo que yo no soy capaz de plasmar ni en mis propios recuerdos, porque como duele, verdad?
ResponderEliminarEs precioso, ojalá pronto dejemos de llovernos un poco y nos queramos mas.
Un saludo! (pasate si quieres bonita http://septumg.blogspot.com.es/ )