lunes, 18 de enero de 2016

Renacer II

Unica Zürn


Guardar un secreto como una araña en la palma de la mano. Has matado lo que no puede ser dicho. Ahora lo sigues sintiendo pero no sabes llamarlo. Ahora rebuscas entre tantas palabras para explicar un vacío, para explicar un aullido que acompaña a un brinco. Ahora guardas en botes el sudor que desprenden tus pesadillas. Ahora analizas cada pensamiento hasta difuminarlo. Ahora no entiendes nada sino algo que no existe. Tu existencia es un evento y tú no reaccionas. Tú lenguaje se estanca y cientos de poemas empiezan a pudrirse. Las ideas no se asustan y llegan corriendo a tus labios. Tus labios morados se muerden y de sus heridas salen llantos enmohecidos. No sabes qué pasa pero sabes que pasa y te sientes culpable. Sentir impotencia y no poder apretar el puño porque tienes una araña. 

martes, 12 de enero de 2016

Renacer, parte I.

Sentir un escalofrío como un latido etéreo, enorme. Pensar ¿habrá más cuerpos que lo hayan notado? ¿ha sido el primero o el último? ¿ha nacido una esperanza, un cuerpo dispuesto a desconocerse? ¿ha muerto? ¿se ha ido el último de todos los gritos que rasgaban y sólo ha dejado una pared llena de sangre? ¿qué fue antes? ¿el crimen o la poesía? ¿el miedo o el enunciado? Miedo es una palabra que tiembla, el miedo también late. Dentro del miedo se esconde todo, se esconden tantas cosas. Dentro del miedo hay monstruos que se revuelven, por eso cuando lo piensas tiemblas. ¿Es cierto? La palabra se hace tu dueña. Si piensas miedo estás dentro, y te retuerces. Decides olvidarla, decides olvidar la palabra, des-aprehender el concepto, dormir debajo de la cama, no mirar fijamente un ojo en un espejo. Has matado el miedo. Caminas por la calle sabiendo que los demás no lo saben, que no son capaces de intuir que lo has hecho. Tú has matado a lo inefable, y caminas orgullosa.

domingo, 22 de noviembre de 2015

lunes, 2 de noviembre de 2015

Ser verano, ser ola.

"Calla, vive o delira. Como el mar en las olas"
Vicente Aleixandre




31 de julio de 2015
Recuperado de las notas del móvil.

Me encuentro sola en una sala vacía y las paredes de cristal que hacen eco y gritan SILENCIO SILENCIO SILENCIO pero siempre se escucha el corazón, se siente el ruido del tiempo correr en las venas SILENCIO SILENCIO SILENCIO.
A través del vidrio todo está lleno de gente, veo el ruido de sus risas caleidoscópicas que son zarzas en mis oídos cuando están cansados.
Estoy sola así que hablo el idioma de la nada y los solitarios que no es ninguno: la necesidad cría las palabras.
Invento palabras y mezclo idiomas que corren por la sala con la ilusión de encontrar su lugar, el escalofrío exacto al que dar nombre.
¿Recuerdas cuando todo lo que la gente vive ya lo viviste? Ahora vuelves a no conocer. ¿Acaso recuerdas las alegrías, las decepciones, el agua en una lengua sedienta en mitad de la noche? Ahora te esperan.
Estoy sola así que hablo el idioma que todos entienden pero nadie sabe cómo, por qué, qué extraño hechicero ha cantado en sus sueños las mismas sentimentales nanas que en los de otras mudas mentes.
A través del vidrio todo está lleno de gente, veo la manera en que me miran aunque sé que no pueden verme. Veo sus manos acercarse a este mi hogareño cubículo en el que estoy encerrada.
Me gusta lo que me prohibo. Convierto en abismo la distancia que me separa de las voces. Transformo en tacto el miedo a la piel. Me acerco a la gente. Me empujo a las rocas para observar el panorama. Me lanzo a lo humano para ser el vendaval y no la espera.


Deseo pertenecer a lo efímero de la espuma de la cresta de esa ola.

lunes, 11 de mayo de 2015

Tesis de lo etéreo.



Nicola Bealing


"
Las ciudades y la memoria. 5

En Maurilia se invita al viajero a visitar la ciudad y al mismo tiempo a
observar viejas tarjetas postales que la representan como era: la misma plaza idéntica
con una gallina en el lugar de la estación de ómnibus, el quiosco de música en el
lugar del puente, dos señoritas con sombrilla blanca en el lugar de la fábrica de
explosivos. Ocurre que para no decepcionar a los habitantes, el viajero elogia la
ciudad de las postales y la prefiere a la presente, aunque cuidándose de contener
dentro de las reglas precisas su pesadumbre ante los cambios: reconociendo que la
magnificencia y prosperidad de Maurilia convertida en metrópoli, comparada con la
vieja Maurilia provinciana, no compensan cierta gracia perdida, que, sin embargo, se
puede disfrutar solo ahora en las viejas postales, mientras antes, con la Maurilia
provinciana delante de los ojos, no se veía realmente nada gracioso, y mucho menos
se vería hoy si Maurilia hubiese permanecido igual, y que de todos modos la
metrópoli tiene este atractivo más: que a través de lo que ha llegado a ser se puede
evocar con nostalgia lo que era.
Hay que cuidarse de decirles que a veces ciudades diferentes se suceden sobre
el mismo suelo y bajo el mismo nombre, nacen y mueren sin haberse conocido,
incomunicables entre sí. En ocasiones hasta los nombres de los habitantes
permanecen iguales, y el acento de las voces, e incluso las facciones; pero los dioses
que habitan bajo esos nombres y en esos lugares se han ido sin decir nada y en su
sitio han anidado dioses extranjeros. Es inútil preguntarse si estos son mejores o
peores que los antiguos, dado que no existe entre ellos ninguna relación, así como las
viejas postales no representan a Maurilia como era, sino a otra ciudad que por
casualidad se llamaba Maurilia como ésta."

(Las ciudades invisibles, de Italo Calvino)

Nos cruzamos en todas las calles donde nunca hemos coincidido
y nos sonreímos con pena y deseo. 
Siempre lejos del hogar, hasta en el hogar
porque rezas a dioses extranjeros.

lunes, 16 de marzo de 2015

Pero nunca del todo.


¿Por qué no podría yo compararme a los mayores santos? ¿Acaso he derrochado menos locura para salvaguardar mis contradicciones que la derrochada por ellos para superar las suyas?
Cioran

Francesca Woodman

En mitad de la noche abro la puerta y salgo de casa al jardín que siempre he tenido en mi imaginación.
Descalza los pies me duelen pero es la única forma de sentir que camino.
Desnuda el cuerpo me duele pero es la única forma de sentir que vivo.
Ando y ando hacía ninguna parte con la prisa con la que andan los que se dirigen a algún lado sin saber que todos los destinos son la muerte.
Ando y ando y a veces me cruzo con gente que me sonríe de forma siniestra pero cuando me giro ha desaparecido entre la suciedad que otorgan a la noche las farolas.
Ando y ando atenta a todas las ventanas para encontrar a algún insomne dispuesto a salir a la calle. Es difícil que la gente salga de su casa porque el sueño no viene pero seguimos esperando todos, años y años, hasta que nos abraza.
Ando y ando hasta salir de la ciudad y pisar el canto de las ramas y el viento. 
Me adentro cada vez más en el bosque y me tumbo en el suelo.
Estoy tan cansada que mis dedos deciden acariciarme y darme todo el amor que da la noche.
Decido entregarme a mí misma y a todo ante los ojos camuflados de todas las almas.
Me palpo y me canto como a un mesías que llega sin ser proclamado.
Ando y ando entre los pliegues de mi sexo en busca de un dios que nunca ha sido encontrado.
Me masturbo hasta difuminarme con los bordes dentados de las hojas de los árboles y desaparecer de la vida de la calle del cuadro de las ventanas de los ojos de todos los despiertos vecinos.
Pero de repente
mis dedos se convierten en temblores punzocortantes
y yo, acostumbrada a una vida insomne

descubro que tengo miedo a la oscuridad.

miércoles, 4 de marzo de 2015

Distancia en un susurro cariñoso

CANTO A UNA AUSENCIA QUE NUNCA HA EXISTIDO


EvannotE (click)

I
Llegas a mis oídos en forma de risa mal entonada
en forma de llanto blanco
en forma de tensión y calma.

Las utopías acarician porque duelen.
Duelen cuando acaricias.

II
Busco entre todo,
lo único.
Busco la existencia entre las cosas que
sólo existen.

Te encuentro pero

las cosas mayores a la vida humana nos sobrepasan;
creo que te encuentro, así que me escondo.

III

La fe es algo sensorial.
Creo en ti porque noto que has tocado todas mis palabras,
has salivado todas mis noches.

La fe es algo que no es,

como la poesía.


IV 
Eres la excusa del exilio de mi mente.  
Eres el puño que golpea derrumbando la piel 
y descubriendo el placer de la huida. 

V 
Límites. 
Eres todo para evitar no sentir nada. Quiero salir pero no puedo 
quiero volver pero  

quién quiere ataúd teniendo tierra. 

VI 
Tierra. Agua. Ceniza.  
Dime quién respiraría si supiera lo que es ahogarse. Si supiera lo que es besarte. Si supiera lo que es 
tocarte sin que existas.