miércoles, 31 de diciembre de 2014

¿Es la misma esta vida que posa desnuda ante mis ojos?

Hsiao Ron Cheng


Veo una niña y tengo miedo.
Me veo en la niña y tengo miedo
por verme y por niña
por susto y por explosión.

Veo una niña y aparto la mirada.
Los ojos inocentes son los que más monstruos esconden
y las manos inocentes siempre sacan el boleto perdedor
y los poetas sólo son niños
que se han aficionado a jugar con las noches.

Veo una niña y aparto la mirada.
Por si soy yo y si no lo soy y si descubro que quizá no existo.
Si nunca crezco nunca moriré.

Por dentro quiero estancarme en el agua mohosa del tiempo
hasta que me salgan escamas
y las moscas de los relojes me amamanten.
Por fuera seré joven para ser siempre y no dejar de ser suave como el lodo.
No dejar de resbalar como los años.
No dejar de hidratar los poros vírgenes de tus muñecas suicidas.

Veo una niña y tengo miedo
por si realidad o espejo.
Veo una niña y tengo miedo.
Ella
recoge del suelo
el balón que se ha acercado
hasta mis piernas
y vuelve a jugar con sus amigos.
Yo
he visto a una niña
y en mitad del parque,

         tiemblo.

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