"Calla, vive o delira. Como el mar en las olas"
Vicente Aleixandre
31 de julio de 2015
Recuperado de las notas del móvil.
Me
encuentro sola en una sala vacía y las paredes de cristal que hacen
eco y gritan SILENCIO SILENCIO SILENCIO pero siempre se escucha el
corazón, se siente el ruido del tiempo correr en las venas SILENCIO SILENCIO SILENCIO.
A
través del vidrio todo está lleno de gente, veo el ruido de sus
risas caleidoscópicas que son zarzas en mis oídos cuando están
cansados.
Estoy
sola así que hablo el idioma de la nada y los solitarios que no es
ninguno: la necesidad cría las palabras.
Invento
palabras y mezclo idiomas que corren por la sala con la ilusión de
encontrar su lugar, el escalofrío exacto al que dar nombre.
¿Recuerdas
cuando todo lo que la gente vive ya lo viviste? Ahora vuelves a no conocer. ¿Acaso recuerdas
las alegrías, las decepciones, el agua en una lengua sedienta en
mitad de la noche? Ahora te esperan.
Estoy
sola así que hablo el idioma que todos entienden pero nadie sabe
cómo, por qué, qué extraño hechicero ha cantado en sus sueños
las mismas sentimentales nanas que en los de otras mudas mentes.
A
través del vidrio todo está lleno de gente, veo la manera en que me
miran aunque sé que no pueden verme. Veo sus manos acercarse a este
mi hogareño cubículo en el que estoy encerrada.
Me
gusta lo que me prohibo. Convierto en abismo la distancia que me
separa de las voces. Transformo en tacto el miedo a la piel. Me
acerco a la gente. Me empujo a las rocas para observar el panorama.
Me lanzo a lo humano para ser el vendaval y no la espera.
Deseo
pertenecer a lo efímero de la espuma de la cresta de esa ola.